martes, 25 de septiembre de 2012

Bologna cominciamo!!

Me da miedo pensar lo rápido que pasa el tiempo cuando estoy a gusto y, respeto que todo esté yendo demasiado bien, como si algo malo tuviera que pasar para creerme que Bologna no es de mentira. Hace exactamente ayer dos semanas que puse los pies aquí por primera vez, aunque mi cabeza sigue con problemas de ubicación espacio-temporales (como si quisiera estar en Madrid mientras echa de menos Oviedo o Rabat pero sabiendo que está bien, troppo bien).
No hace tanto quedé con la que hoy es mi primera compañera oficial de piso y nos prometimos que todo tenía que ir bien, que no podía ser de otra manera, y no estamos faltando a nuestra palabra.
Bologna innamora. No hace falta estar aquí más de un par de horas para saber que el rosso de sus paredes engancha desde el minuto uno, que sus noches son eternas siete días a la semana, que sus calles hablan cientos de idiomas diferentes, que se come bien y que se respira confianza. Creo que ésta ha sido una de las claves de estas dos semanas: Confianza. Lo dice una que en doce días ha vivido en tres casas diferentes antes de pisar la suya propia. A veces se trata de eso: de tirarte del puente más alto que encuentres poniendo fé ciega en que la cuerda a la que llevas atados los pies mide los centímetros exactos para soltar toda la adrenalina acumulada sin que te destroces el cuerpo. Bologna está plagada de puentes metafóricos y te tienes que tirar porque no te queda otra.
Catorce días aquí han dado para que lleve más cervezas encima que probablemente todo el año anterior junto, también más pizza y kilómetros andados. Cosas della Italia supongo. El ritmo bolognés no tengo claro del todo que esté hecho para Sara Lee, pero como dicen por aquí: Bologna non sei tu a farla tua, é lei a farti sua.
Muchas colas después de la primera sigo sin tener el learning agreement finito, pero colecciono carnets de todo lo imaginable. Tras un primer día de clase completo en italiano, comprendo que la Complu no está tan mal, pero que aquí hay una passione diversa per las cosas. Tengo pendiente empezar a bailar y hacerme con una bici. Me he prometido que no tardaré más de una semana en ello.
Via del Patrello anochece entre risas y un buen rollo inesperado. Como de costumbre las primeras impresiones se quedan en eso y no mucho más. En mi caso vale mucho más una buena pasta italiana (si es de desayuno mejor) que mil palabras para saber que me espera un buon anno cui a Bologna.
"Si crees en los sueños ellos se crearán", me dijo Guille una vez, y lo escribí en la casa de Julietta à Verona este Sabato. Saber que todo esto tiene fin pone el toque de magia y la patada en el culo que necesito para que todo vaya bien.
SaraLee

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